(Previa) La selección femenina sueña con dar el ansiado salto en un Mundial igualado

Australia y Nueva Zelanda acoge a partir de este jueves y hasta el próximo 20 de agosto la décima edición del Mundial de Fútbol Femenino, una cita donde Estados Unidos defiende su trono y que se presenta muy igualada y con muchas candidatas, una aspiración con la que sueña la selección española, deseosa de dar el salto por el que lleva peleando desde hace varios años.

Oceanía, donde actualmente es invierno, albergará por primera vez esta Copa del Mundo, dominada en sus dos últimas ediciones por el combinado estadounidense, con su etiqueta de claro favorito no tan brillante como antaño por el crecimiento que sigue experimentando el fútbol femenino en otros países y que augura un campeonato muy igualado. Aún así, la actual campeona será la rival a batir por su condición y por su nivel para un torneo con más selecciones que nunca (32) y entre las que vuelve a estar España.

Después de hacer historia en 2015 en Canadá con su primera participación, la 'Roja' no ha vuelto a fallar y participará por tercera ocasión consecutiva con las mejores del mundo, en busca de superar por fin ese 'maldito' cruce que se le sigue resistiendo y necesario para confirmar las expectativas sobre la considerada mejor generación de futbolistas que ha tenido España hasta la fecha, con el influjo todavía de un FC Barcelona que reinó por segunda vez en la Champions.

Además, a esta Copa del Mundo el combinado que dirige Jorge Vilda llega en una situación inédita. Hace cuatro años, en Francia, acudió como la decimotercera del ranking mundial y ahora lo hace como la sexta, una mejora que le ha servido principalmente para poder ser cabeza de serie y tener un sorteo teóricamente más asequible que el de anteriores participaciones.

Las españolas están encuadradas en el Grupo C junto a una selección de nivel como Japón, campeona en 2011 y subcampeona en 2015, una peligrosa debutante como Zambia y Costa Rica, rival del estreno este viernes 21 de julio como lo fuese en 2015. El objetivo es pasar como primeras a unos octavos de final donde el cruce sería con el A de la anfitriona Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Filipinas, y, además, en caso de hacer historia y alcanzar los cuartos, se eliminaría del camino a las estadounidenses a cambio, seguramente, de Suecia o Países Bajos.

Sin embargo, queda la duda de cómo se conjuntará una selección que vivió una turbulencia el pasado mes de septiembre cuando 15 internacionales solicitaron no ser convocadas por Jorge Vilda al considerar que no se daban las condiciones adecuadas y sugerir la necesidad de cambios por parte del 'staff' y que recibieron el apoyo de Alexia Putellas, por entonces recuperándose de su grave lesión de rodilla antes de la EURO, la capitana Irene Paredes o Jenni Hermoso.

Estas dos últimas no regresaron hasta el 2023, mientras que Bonmatí, Caldentey y Batlle, entre otras, se mostraron listas para volver antes de que Vilda diese la prelista para este Mundial y fueron convocadas. No así dos jugadoras de mucho nivel y de difícil reemplazo como la central aragonesa o la centrocampista balear, cuyas ausencias debe intentar hacer olvidar un equipo que fue competitivo en su preparación sin estas 15 jugadoras, con sólo una derrota, ante Australia, y victoria de mérito e histórica ante Estados Unidos. Sí estará finalmente Alexia Putellas, doble ganadora del Balón de Oro y que retornó en el tramo final de temporada, por lo que aún le falta algo de ritmo competitivo.

ESTADOS UNIDOS E INGLATERRA, RIVALES A BATIR

Todas forman un equipo que no renunciará a su filosofía para tratar de meterse por primera vez entre las candidatas finales a un título donde el favoritismo recae principalmente, además de en los Estados Unidos, en una Inglaterra al alza.

Las actuales campeonas acuden con casi una decena de las futbolistas que se coronaron en Francia lideradas por estrellas como Megan Rapinoe, Alex Morgan y Rose Lavelle, mientras que las inglesas llegan avaladas por sus condiciones de campeonas de Europa, su primer gran título de una generación de mucho nivel con Lucy Bronze, Keira Walsh, Mary Earps o Leah Williamson.

El combinado que dirige Sarina Wiegman se perfila como la mejor baza para que Europa recupere un trono que no ostenta desde 2007 cuando se proclamó campeona una Alemania, número dos del ranking mundial, siempre favorita por su potencial y su capacidad de competir como demostró en la pasada EURO. También entran en las quinielas selecciones como Francia, que supo atajar una situación similar a la vivida por España con la llegada de Hervé Renard al banquillo, Suecia, Canadá, Japón o una Australia que querrá hacer valer su condición de anfitriona.

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