Alemania cree que el G20 "puede y debe" liderar el proceso de reforma de instituciones multilaterales como la ONU

La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha abogado por el hecho de que el G20 desempeñe un "papel decisivo" en la reforma de instituciones multilaterales, como el caso de Naciones Unidas, criticada por su bloqueo a la hora de adoptar resoluciones sobre la guerra en Oriente Próximo.

Baerbock, quien se encuentra de visita en Río de Janeiro para asistir a la cumbre de ministros de Exteriores del G20, ha defendido que para hacer frente a "los complejos desafíos del siglo XXI" es necesario dejar a un lado los estancamientos institucionales típicos del siglo pasado.

"Si queremos hacer frente a los complejos desafíos del siglo XXI, nuestras instituciones multilaterales no deben quedarse estancadas en el siglo pasado (...) Creo que el G20 puede y debe desempeñar un papel decisivo en este proceso de reforma", ha manifestado la representante diplomática alemana.

De acuerdo con Baerbock, el G20 es un foro en el que "se refleja bastante bien la diversidad geopolítica del mundo actual", por lo que, si se llega a puntos comunes entre los integrantes, el bloque puede erigirse en "una fuerza impulsora del cambio, incluso en foros como Naciones Unidas".

Estas declaraciones de la ministra de Exteriores germana se producen apenas un día después de que su par brasileño, Mauro Vieira, condenara la "inaceptable parálisis" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a la hora de adoptar resoluciones sobre conflictos armados en el mundo.

De acuerdo con Vieira, "las instituciones multilaterales no están adecuadamente equipadas para hacer frente a los desafíos actuales", y este "estado de inacción" implica directamente la muerte de civiles inocentes en Oriente Próximo, en Ucrania y en otros escenarios bélicos.

El Consejo de Seguridad de la ONU está integrado por quince miembros, diez de los cuales son rotatorios. Los otros cinco --Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido-- tienen un asiento fijo en la sala y cuentan con el derecho de vetar las resoluciones, como ha hecho Washington con las últimas relativas a Gaza.

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