La Fiscalía eleva a 15 años de cárcel su petición de condena para el hombre acusado de violar a su hija en Palma

La Fiscalía ha elevado este jueves a 15 años de cárcel la pena que pide para el hombre acusado de violar a su hija menor de edad en Palma, al considerar los hechos como un delito de agresión sexual, y no un abuso, por elementos intimidatorios.

En concreto, la acusación pública considera que los abusos se produjeron no sólo en un marco de "superioridad porque era su padre", sino que el hombre la intimidó advirtiéndole que estaba sola y que acabaría "en un orfanato".

"Es una niña de nueve años a la que su padre le dice 'no digas nada, nadie te va a creer, te vas a quedar sola, tu abuela se va a morir'", ha enfatizado la Fiscalía, que ha modificado sus conclusiones al amparo de la nueva redacción de la conocida como 'Ley del sólo sí es sí'.

La fiscal ha añadido que la menor mantuvo en todo momento su versión: "Se mantiene firme a pesar de que su madre no la cree", ha recalcado, incidiendo en la situación de indefensión de la víctima.

Por su parte, el abogado de la defensa ha mantenido que existen múltiples "dudas razonables" sobre el relato de la víctima, y que el hombre "no puede ser condenado por cábalas, sospechas y conjeturas".

El letrado ha afirmado que el relato de la víctima "desafía el sentido común" y ha llamado la atención sobre la "tardanza en denunciar", el "hermetismo" mantenido durante años, la presencia del hermano pequeño en la vivienda en el momento de los hechos o la ausencia de lesiones visibles en la víctima.

POEMA ESCOLAR

La joven sostuvo este miércoles ante el Tribunal que su padre la violó desde los nueve hasta los 14 años en Palma, y que su madre no la apoyó: "Me encontraba sola, no tenía a nadie".

Los presuntos abusos no se destaparon hasta el año 2018. Fue gracias a un poema que escribió la víctima dentro de un trabajo escolar, que condujo a que lo contara a su profesor de catalán en el instituto.

Durante su alegato final, la Fiscalía ha elogiado la labor del docente y del equipo del colegio por activar adecuadamente los protocolos. Mientras, la defensa ha subrayado que en aquel texto se habla de "abusos" sin especificar que sean de tipo sexual.

En el juicio, el acusado negó la versión de la víctima rechazando cualquier tipo de contacto íntimo con su hija. Achacó la denuncia a resentimiento por las normas de conducta que trataba de imponer en casa, así como a un supuesto "complot" de su hermanastra, que también le denunció por abusos sexuales muchos años antes.

La fiscal ha remarcado que el acusado fue absuelto de aquella primera denuncia porque "no había prueba suficiente", lo que es distinto de declarar que los hechos no se produjeran. Para la acusadora pública, aquello sentó un precedente: "Lo que le sirvió la primera vez, lo vuelve a hacer".

Desde la defensa también se ha achacado la denuncia a un ánimo de venganza por las normas de conducta que el progenitor imponía en casa. La fiscal ha combatido este argumento porque "ser rebelde y no acatar normas" es común en esas edades: "Más del 50 por ciento de padres de Palma estarían procesados", ha lanzado.

Otro elemento en el debate es la enfermedad de transmisión sexual detectada a la menor al estallar el caso. La prueba realizada a ambos padres fue negativa y la defensa argumenta que pudo contagiarse por mantener relaciones con otro chico --lo que ella ha negado--. La fiscal ha incidido en la posibilidad de que el acusado hubiera recibido tratamiento antes de la prueba.

La Fiscalía también ha endurecido el resto de penas accesorias que solicita --alejamiento e inhabilitación para el ejercicio de actividades que conlleven contacto con menores--, y mantiene su petición para que el acusado indemnice con 50.000 euros a su hija, que ya es mayor de edad.

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