Serena y Venus Williams compraron, en el año 2005, una mansión en el exclusivo barrio de Woodland Hills, en el área de Los Ángeles. Se trataba de un generoso regalo para su madre, Oracene Price, después de que ésta se divorciara de su marido y padre de las tenistas, Richard Williams, tres años antes. La matriarca residió en esa lujosa vivienda, situada en lo alto de una colina, hasta 2019, cuando la familia decidió vender la propiedad embolsándose algo menos de dos millones de dólares por ella.
Según revela el portal TMZ, la finca de 5,65 hectáreas está de nuevo a disposición de los bolsillos más acaudalados de la zona. Su actual propietario tiene un objetivo más ambicioso, ya que pretende deshacerse del inmueble a cambio de 4.649.000 dólares, casi cinco millones.
Fuentes consultadas por el medio aseguran que el acceso a la vivienda, que cuenta con siete dormitorios, se halla al final de una carretera privada, por lo que su próximo dueño no tendrá que preocuparse de los vecinos. Los límites de la propiedad están, además, perfectamente cubiertos de abundante vegetación, sobre todo de árboles de gran altura.
Las imágenes aéreas que acompañan el anuncio revelan que la finca también cuenta con un jardín en su parte trasera, piscina y, por supuesto, una cancha de tenis. En su interior, destacan las numerosas chimeneas que calientan buena parte de las estancias y un armario de grandes dimensiones al que se puede entrar desde el dormitorio principal.
Las Williams se encargaron personalmente de que a su madre no le faltara de nada cuando emprendió su camino a la soltería, poniendo fin a tres décadas de matrimonio con Richard, mentor deportivo y entrenador de sus hijas durante muchos años. Pese a su divorcio, la expareja ha tratado de presentar un frente unido a la hora de apoyar a las dos estrellas en las canchas, pero acudiendo siempre por separado. "Fui muy sincera con mis hijas cuando les dije que la reconciliación era imposible", contaba Oracene en el comunicado con el que confirmó su separación.
