La deleción cromosómica 22q11.2 confiere riesgo de espina bífida grave

Las deleciones cromosómicas 22q11.2 aumentan el riesgo de meningomielocele, una de las formas más graves y comunes de espina bífida, informan los investigadores, tal y como se publica en 'Science'.

Según los hallazgos de un grupo de investigación de la Asociación Estadounidense para el avance de la ciencia (AAAS), este riesgo está mediado por la pérdida de Crkl , uno de varios genes expresados ??en el tubo neural ubicado en el intervalo de deleción 22q11.2, y este riesgo sólo se alivia parcialmente con la suplementación con folato. El meningomielocele (MM) es un tipo grave de defecto del tubo neural, que a menudo requiere reparación quirúrgica pre o posnatal y puede provocar una variedad de dificultades físicas y de desarrollo. Aunque la incidencia de la afección ha disminuido en las últimas décadas, en gran parte debido a la fortificación con ácido fólico (AG), el MM sigue siendo un desafío particular en algunas áreas del mundo.

Las causas del MM siguen siendo en gran medida desconocidas y el riesgo atribuible a variantes genéticas comunes sigue sin explorarse. Para comprender mejor la arquitectura genética del MM, el investigador Keng Vong y su equipo establecieron el Consorcio de Secuenciación de Espina Bífida para identificar las mutaciones genéticas presentes en un niño con MM que no están presentes en los padres.

Así, descubrieron que las deleciones cromosómicas 22q11.2 (22q11.2del) previamente no reconocidas de novo o heredadas eran la condición genética recurrente más común, lo que sugiere que los pacientes con MM tenían 22,98 veces más probabilidades de albergar 22q11.2del en comparación con la población general. Además, en un estudio separado de una cohorte de individuos con deleción 22q11.2, Vong y su equipo descubrieron que el riesgo de MM era aproximadamente de 12 a 15 veces mayor de lo esperado.

Utilizando un modelo de ratón, los autores investigaron genes candidatos que impulsan el riesgo de MM y descubrieron que la pérdida de Crkl era suficiente para alterar el desarrollo del tubo neural y estaba al menos parcialmente mediada por el ácido fólico materno.

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