Amnistía acusa a China de "controlar" e "intimidar" a sus estudiantes en el extranjero

La ONG Amnistía Internacional (AI) ha acusado este viernes al Gobierno chino de "controlar" e "intimidar" a sus estudiantes en el extranjero en un intento por acallar y evitar que se involucren en cuestiones consideradas como "delicadas" a nivel político para Pekín.

En un informe publicado este lunes, Amnistía ha indicado que el alumnado se enfrenta a la continua "vigilancia" de las autoridades, también en Internet, y ha señalado que muchas de estas medidas responden a acciones de activismo realizadas en el extranjero, por lo que ha instado a las universidades a "combatir las amenazas contra la libertad académica y los Derechos Humanos".

"Los testimonios recogidos en el presente informe exponen los métodos intimidatorios con los que los gobiernos de China y Hong Kong tratan de silenciar a la población estudiantil, incluso a miles de kilómetros, lo que les lleva a vivir con miedo", ha declarado Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China.

"El ataque de las autoridades chinas contra el activismo en favor de los Derechos Humanos se produce en los pasillos y las aulas de las numerosas universidades que acogen a estudiantes de China y Hong Kong. El impacto de la represión transnacional de China supone una grave amenaza para el libre intercambio de ideas en el que se sustenta la libertad académica, por lo que los gobiernos y universidades deben esforzarse en contrarrestarlo", ha aseverado.

Una de estas estudiantes ha señalado que poco después de asistir a un evento en recuerdo a las víctimas de la masacre de Tiananmen en 1989, le comunicaron que la Policía se había puesto en contacto con su padre en China para instarle a "aleccionarla". La joven, identificada con el nombre ficticio de Rowan, no había comunicado a nadie que asistiría a la protesta.

Durante los últimos años, muchas personas chinas que estudian en el extranjero han criticado públicamente al Gobierno de China, especialmente en relación con las protestas contra las estrictas medidas de restricción aprobadas durante la pandemia de coronavirus en 2022.

El informe de Amnistía expone que estas actividades han llamado la atención de las autoridades chinas, quienes a menudo han tomado medidas al respecto, e identifica este fenómeno con la represión transnacional. "Son medidas que toma un Gobierno para silenciar, controlar o disuadir la disidencia y las críticas de sus ciudadanos en el extranjero, en violación de los Derechos Humanos", recoge el texto.

Casi un tercio de la población estudiantil entrevistada por la organización ha afirmado que las autoridades chinas habían hostigado a sus familiares con el fin de impedir las críticas contra el Gobierno chino o sus políticas por parte de quienes estudiaban en el extranjero. Entre las amenazas proferidas a sus familiares en China están la posible revocación del pasaporte, el despido, la imposibilidad de acceder a ascensos y prestaciones de jubilación e incluso la limitación de la libertad física, entre otras.

PRESIONES A LAS FAMILIAS

La Policía china también ha estado presionando a las familias residentes en China o les ha dado instrucciones para recortar la ayuda económica a sus descendientes en el extranjero como medida de coacción para que guardaran silencio.

"Para muchas personas chinas, un viaje al extranjero para estudiar es la promesa de una oportunidad de prosperar, lejos de las restricciones impuestas al discurso político y académico en su país. Sin embargo, la investigación de Amnistía demuestra que estas personas no logran escapar de las prácticas represivas del Gobierno, ni siquiera fuera de las fronteras del país", ha afirmado Brooks.

En este sentido, ha acusado a las autoridades chinas de desarrollar "una estrategia para acotar los Derechos Humanos de quienes estudian en cualquier rincón del mundo". "La vigilancia de la población estudiantil en el extranjero y la persecución de sus familiares residentes en China son tácticas sistemáticas diseñadas para controlar a su ciudadanía a distancia", ha aclarado.

Más de la mitad del alumnado entrevistado por Amnistía ha dicho autocensurar de forma habitual sus conversaciones y publicaciones en plataformas digitales por miedo a que las autoridades chinas vigilaran sus actividades, incluso en plataformas de redes sociales no chinas como X, Facebook e Instagram.

Se calcula que hay unos 900.000 estudiantes chinos en el extranjero, por lo que Amnistía ha pedido a los gobiernos de los países de acogida y a las universidades que se esfuercen por proteger los derechos de quienes se enfrentan a la amenaza de esta represión, que va más allá de las fronteras chinas.

"A raíz de este informe, los gobiernos de los países de acogida pueden y deben tomar medidas concretas para contrarrestar el miedo latente que expresa la población estudiantil, en especial mediante la educación de la comunidad, la instauración de mecanismos de queja sobre presuntos actos de represión y la denuncia de los incidentes que puedan producirse", ha afirmado Brooks, que ha señalado que es necesario que estos países "protejan a la población estudiantil internacional en base a su jurisdicción".

"Las universidades europeas y norteamericanas en muchos casos ignoran la represión transnacional y el consiguiente efecto intimidatorio que provoca en sus campus, y carecen de los recursos necesarios para hacerles frente", ha declarado.

© Europa Press