La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha expresado que tiene la "convicción" de que Salvador Illa, candidato del PSC en las elecciones catalanas celebradas ayer domingo, será el nuevo presidente de la Generalitat, porque el voto de los ciudadanos en las urnas "lo han dejado perfectamente claro".
En declaraciones a los periodistas este lunes en Sevilla, Ribera ha recalcado que sí ve a Salvador Illa como nuevo presidente catalán porque el PSC es, con diferencia, la fuerza más respaldada por los catalanes en las urnas.
En su opinión, el voto en las urnas ha dejado perfectamente claro que los ciudadanos quieren una "propuesta de consenso, de tono propositivo y constructivo, de recuperar esa voluntad de ganar y de proponer oportunidades para los catalanes, y dejar atrás ese periodo tan turbulento y tan complejo que representaba el 'procés".
"Así que yo confío en que Salvador Illa, que me parece que ha puesto de manifiesto que hay otras formas de hacer política, de forma respetuosa, responsable, seria e integradora, llegue a presidir la Generalitat", ha indicado, apuntando que, a partir de hoy, se abren las conversaciones entre las distintas fuerzas políticas, "teniendo clara la aritmética que sale de las urnas y la preferencia general que han mostrado los catalanes".
Respecto al hecho de que el candidato de Junts, Carles Puigdemont, haya anunciado su intención de presentarse como candidato a la investidura a la Presidencia de Cataluña, Ribera ha manifestado que, en estos momentos, a quien le corresponde intentar formar gobierno es a Salvador Illa. "Mi convicción es que lo conseguirá", ha dicho la ministra, recordando que Puigdemont dijo que abandonaría la política si no lograba ser investido.
"No sé si lo hará o no lo hará", ha apuntado.
Sobre si cree que el proceso que se abre ahora en Cataluña para conformar gobierno puede desestabilizar la gobernabilidad nacional, ha expresado que no lo cree, y ha señalado que lo importante es superar en Cataluña una etapa "de gran enfrentamiento, de gran confrontación y turbulenta desde el punto de vista del espíritu y del ánimo de la gente".
Es hora, a su juicio, de apostar por la recuperación de los servicios públicos de calidad y por las políticas que piensan en las personas, algo "importantísimo" no sólo en Cataluña, sino también en el conjunto de España.
