Experto destaca que la denervación renal es una alternativa para pacientes con hipertensión no controlada

El jefe de servicio de Cardiología Intervencionista del Hospital Quirónsalud Vizcaya, el doctor José Ramón Rumoroso, ha recordado que la denervación renal es una alternativa para pacientes con hipertensión no controlada, que supone hasta el 27 por ciento de las personas con la enfermedad.

"Mediante radiofrecuencia, permite reducir el impacto y la producción neurohormonal de una serie de elementos que provocan la hipertensión", explica Rumoroso. Este proceso logra un descenso de la tensión arterial que permanece en el tiempo frente a la limitada efectividad de los fármacos y el alto porcentaje de incumplimiento terapéutico en pacientes crónicos.

El procedimiento, según explica el doctor Rumoroso, se caracteriza por su seguridad, es mínimamente invasivo y se realiza de forma percutánea mediante el sistema 'Symplicity' de Medtronic.

"Introducimos un catéter por la arteria femoral y lo dirigimos hasta las arterias renales. Una vez posicionado, se aplica radiofrecuencia, generando energía térmica que neutraliza las terminaciones nerviosas simpáticas de la zona", aclara el especialista. Además, hace hincapié en que los pacientes pueden regresar a casa el mismo día del procedimiento y reincorporarse a su vida diaria habitual.

Según el especialista en cardiología intervencionista, las ventajas de esta opción innovadora son diversas. "Las mejoras son inmediatas, más allá de mejorar el control de la presión arterial, este sistema favorece la monitorización ambulatoria de la hipertensión, al disminuir significativamente el tratamiento farmacológico, contribuyendo a facilitar la labor del equipo médico y mejorando la calidad de vida de los pacientes y sus allegados", ha explicado.

La presión arterial alta, como factor de riesgo cardiovascular, está directamente relacionada con enfermedades como accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. Por ello, es fundamental controlar la presión arterial regularmente, seguir el tratamiento farmacológico pautado por el especialista y adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio físico regular y evitar el consumo de tabaco y alcohol.

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