Las células cancerosas pueden estar formadas por una variedad de átomos de hidrógeno

Una herramienta utilizada a menudo en geología ha sido utilizada para detectar las huellas atómicas del cáncer por científicos de la Universidad de Colorado Boulder y la Universidad de Princeton (ambas en Estados Unidos) han empleado, por primera vez. El equipo, dirigido por la geoquímica Ashley Maloney de CU Boulder, publica sus hallazgos en 'Actas de la Academia Nacional de Ciencias'.

En un caso en el que la medicina se une a las ciencias de la tierra, los investigadores descubrieron que las células cancerosas pueden estar formadas por una variedad de átomos de hidrógeno diferente a la del tejido sano. Los hallazgos podrían brindar a los médicos nuevas estrategias para estudiar cómo crece y se propaga el cáncer e incluso, algún día, podrían conducir a nuevas formas de detectar el cáncer en sus primeras etapas en el cuerpo.

"Este estudio añade una capa completamente nueva a la medicina, dándonos la oportunidad de observar el cáncer a nivel atómico", expone Maloney, investigador asociado del Departamento de Ciencias Geológicas.

Algunos átomos de hidrógeno, llamados deuterio, son un poco más pesados, mientras que otros, normalmente conocidos simplemente como hidrógeno, son un poco más ligeros. En la Tierra, los átomos de hidrógeno superan en número a los de deuterio en una proporción de aproximadamente 6.420 a uno.

En el nuevo estudio, Maloney y sus colegas se preguntaron: ¿Podrían esos mismos átomos diminutos proporcionar pistas sobre la vida de organismos biológicos complejos?

Para averiguarlo, el equipo cultivó cultivos de células de hígado de ratón y de levadura en el laboratorio y luego analizó sus átomos de hidrógeno. El equipo descubrió que las células que crecen muy rápido, como las células cancerosas, contienen una proporción muy diferente de átomos de hidrógeno frente a átomos de deuterio. Algo así como si el cáncer dejara una huella digital en el pomo de la puerta de la escena de un crimen.

La investigación aún se encuentra en sus primeras etapas y el equipo no está seguro de cómo podría aparecer o no esta señal en los cuerpos de pacientes con cáncer reales. Pero el potencial podría ser grande, afirma Sebastian Kopf, coautor del estudio y profesor asistente de ciencias geológicas. "Las posibilidades de supervivencia son mucho mayores si se detecta el cáncer a tiempo", explica Kopf. "Si esta señal isotópica es lo suficientemente fuerte como para poder detectarla mediante algo como un análisis de sangre, eso podría dar una pista importante de que algo anda mal".

En este trabajo, los investigadores instalaron frascos llenos de florecientes colonias de levadura en laboratorios de Princeton y CU Boulder. Por otra parte, los biólogos de Princeton realizaron un experimento con colonias de células hepáticas de ratón sanas y cancerosas. Luego, los investigadores extrajeron los ácidos grasos de las células y utilizaron una máquina llamada espectrómetro de masas para identificar la proporción de átomos de hidrógeno en su interior.

Las células de levadura fermentadas, del tipo que se parecen al cáncer, contenían aproximadamente un 50 por ciento menos de átomos de deuterio en promedio que las células de levadura normales, un cambio sorprendente. Las células cancerosas mostraron una escasez similar, aunque no tan fuerte, de deuterio.

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