Así contribuye la IA a analizar el impacto del cambio climático en las aves

Un equipo de investigadores españoles conformado por ingenieros de software y científicos de datos del Centro Universitario U-tad, así como ecólogos y biólogos de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), han desarrollado un modelo de datos pionero bautizado como BIRDeep. En concreto, el grupo científico ha impulsado un sistema de seguimiento de la abundancia de especies de aves que, con la ayuda de la inteligencia artificial (IA), podrá identificar los distintos tipos de canto y, de esta forma, analizar cómo afecta el cambio climático a los periodos migratorios de dichas aves. El objetivo no es otro que medir las consecuencias de los cambios de temperatura extremos en la fauna, así como proteger la biodiversidad de los ecosistemas.

A través de un modelo de IA entrenado con los datos del canto de las especies presentes en el Parque Nacional de Doñana, las diez grabadoras que durante este año se están desplegando en la zona envían los datos recogidos a un servidor donde se almacenan, procesan y, posteriormente, serán categorizados por tipo de canto y ejemplar para detectar así qué especies están presentes en cada momento del año y cuáles ya han desaparecido.

La complejidad del proyecto, explica Javier G. Algarra, coordinador del estudio y director académico en U-tad, radica en la monitorización en tiempo real de una gran cantidad de datos de audio. “Gracias al avance de la tecnología, hoy en día podemos desarrollar modelos que permiten hacer un seguimiento instantáneo de la presencia de especies en los distintos entornos en los que se instalan las grabadoras”.

En este sentido, se estima que para 2025 estén disponibles las primeras conclusiones del estudio que ayudará a los expertos a conocer los tipos de ejemplares presentes en la zona, qué especies ya han desaparecido, así como, aquellas que han modificado sus patrones migratorios. Asimismo, se está también valorando el despliegue de más grabadoras en otras zonas de España.

La sequía, una condena al exterminio de especies

Pese al continuado nivel de sequía en España, las últimas precipitaciones en el Parque Nacional de Doñana han dado un respiro a la marisma, al inundarse zonas que hasta hace muy poco estaban completamente secas, lo que beneficia enormemente a la biodiversidad del parque. Según el Informe preliminar sobre el estado de los acuíferos del entorno de Doñana (2022-2023) presentado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Doñana ha sufrido su ciclo seco más largo desde 1970 con una temperatura media anual de 19,3ºC, la más alta de su historia.

La Estación Biológica de Doñana ha contabilizado 289.696 aves pertenecientes a 97 especies distintas durante la última invernada en las marismas del Guadalquivir. Un censo que dibuja un paisaje desolador para la avifauna acuática a causa del mal estado ecológico del Parque Nacional. De ahí que proyectos como este, en el que intervienen las matemáticas, la tecnología y la naturaleza, sean tan necesarios e importantes en la actualidad.

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