La madre de la menor asesinada en Alcalá la Real (Jaén) mantiene que su hija cayó en "una trampa"

Hakima Zeroil, la madre de la menor de 14 años asesinada y violada en Alcalá la Real (Jaén) en febrero de 2022, ha dicho que su hija cayó "en una trampa" organizada por "un grupo de criminales".

Entre lágrimas y situada a poco más de dos metros de distancia del asesino confeso de su hija, Hakima ha definido a su hija como una "buena estudiante", "responsable" y que ese día fue a casa de una amiga para ayudarla a estudiar.

Khawla tenía que regresar a su casa a las 20,30 horas. Según su madre, nunca se retrasaba. Por eso, cuando a las 21,45 horas, vio que no llegaba, salió a pedir ayuda para buscar a su hija y se puso en contacto con la Guardia Civil porque sabía que algo le había pasado.

Poco más de seis minutos es lo que ha durado la declaración de la madre ante el jurado. Solo le ha formulado preguntas el Ministerio Fiscal, mientras que la acusación particular y la defensa han renunciado a preguntar a una madre que lleva desde el día de la muerte de su hija pidiendo justicia.

"Siempre he dicho que fue una trampa hecha por un grupo de criminales que regalaron a mi niña", ha dicho la madre, mientras que el acusado permanecía sentado y replegado sobre él mismo, con la cabeza prácticamente hincada sobre las rodillas.

Una vez que ha prestado declaración el acusado y las tres amigas que estuvieron con Khawla la tarde de su muerte, este martes será el turno de más testigos, entre ellos los guardia civiles que encontraron al asesino confeso en la fortaleza de La Mota después de que éste llamara al 112 para decir que había matado a una chica y comunicar su paradero.

El acusado, de 25 años, en su declaración ha sostenido que todo ocurrió porque estaban realizando de manera "consentida" "el juego de la asfixia", una práctica que aprendió en un campamento y que consistía en apretar el cuello o el pecho hasta que la persona perdiera la consciencia.

"Se acostó, tomó aire varias veces y le apreté el cuello. No pensé en que fuera a salir mal, lo había hecho muchas veces, no se me pasó por la cabeza que pudiera salir mal", ha relatado Nazzaryn N.N. "Apreté con toda mi fuerza y mi peso", ha contado de forma pormenorizada el joven acusado refiriéndose a la muerte de la menor, a la que solo había visto en una ocasión anterior y de la que conocía su edad.

Ha mantenido que todo fue "consentido". De hecho, según su versión ante el jurado que le juzga desde este lunes en la Audiencia de Jaén, ha indicado que en la tarde en la que ocurrieron los hechos habían quedado en casa de una amiga de la menor fallecida para practicar "el juego de la asfixia". Allí, Nazzaryn ha dicho que hasta en tres ocasiones lo practicó con la menor, pero "no salió bien y no funcionó" porque no consiguió que se quedara sin conocimiento.

Al final de la tarde acordaron ir en grupo a las ruinas de la iglesia de Santo Domingo, en la Fortaleza de la Mota, pero por unas razones u otras se acabaron marchando y quedaron la menor y el acusado a solas. Fue allí donde, según el acusado, acordaron repetir el juego, pero esta vez presionando en el cuello y no en el pecho para ver si así funcionaba.

Cuando se dio cuenta que la menor había fallecido, el acusado ha dicho que, una vez muerte, violó a la menor con los dedos y luego le quitó toda la ropa y le hizo fotos desnuda para mostrar lo que había hecho a sus amigos ya que tenía necesidad de hablar con ellos.

En ese contexto de los mensajes cruzados con sus dos amigos, el acusado dijo haber utilizado un tono de "broma" porque entre ellos eran habituales "las bromas macabras". Así, tras la muerte de la menor, el acusado se lamentó de que después de lo que acababa de hacer ya no podría viajar a Japón, e incluso se definió como un psicópata para explicar su modo de actuar con la víctima.

Además, el acusado ha declarado que esa misma noche, tras llamar al 112 confesando que había matado a una chica, borró todo el contenido de su móvil y lo reseteó porque "a nadie le gusta que le miren el móvil".

"Cuando vi que no reaccionaba se me fue la cabeza. No sé en que estaba pensando. Les dije que había violado a una niña", ha dicho el acusado durante un interrogatorio que por parte del Ministerio Fiscal se ha extendido más de una hora.

Por estos hechos tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular reclaman la prisión permanente revisable, además de 15 años de prisión por agresión sexual. A ello se le suma una indemnización de 480.000 euros para la familia de la menor. Es la primera vez que la Fiscalía de Jaén pide prisión permanente revisable.

Por su parte, la defensa reclama inicialmente una pena de cuatro años de cárcel por homicidio imprudente y otros cinco meses de prisión por profanación de cadáver.

El juicio está organizado en sesiones que se sucederán hasta el próximo miércoles. La idea es que el jurado pueda comenzar a deliberar este jueves.

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