El complicado futuro del turismo en Barcelona debido a la falta de agua

Gente tomando el sol en la playa de Barcelona, España. ©AP Photo/Joan Mateu, File

Por primera vez en casi cuatro años, llueve de forma constante en Barcelona. La sequía más larga de Cataluña desde que se tienen registros está llegando a su fin, lo que trae consigo la primera primavera "normal" y un respiro muy necesario al comenzar la temporada turística.

A medida que los embalses se vayan llenando, cientos de miles de festivaleros volarán a Barcelona en mayo para asistir al Primavera Sound. Se trata de uno de los mayores festivales de música de toda Europa.

Con el comienzo de sus dos semanas de duración, el Primavera Sound es el pistoletazo de salida de la temporada estival, en la que los turistas acuden en masa a la capital catalana desde mayo hasta septiembre.

Y aunque las recientes lluvias han anulado la emergencia por sequía en la región, la experiencia ha dejado a muchos residentes y funcionarios preguntándose si la relación entre Barcelona y el turismo será sostenible cuando llegue inevitablemente la próxima sequía.

¿Es el volumen de turismo demasiado para las restricciones de agua?

Primavera Sound de 2023 contó con más de 460.000 asistentes de todo el mundo en 2022 y generó 349 millones de euros en ingresos para la ciudad de Barcelona.

Incluso en medio del empeoramiento de la situación hídrica a lo largo de 2023, se impusieron pocas restricciones al sector turístico. Cuando la ciudad cerró 2023 con más de 12 millones de turistas alojados en hoteles, apartamentos turísticos y albergues, la Gerencia de Economía y Promoción Económica cifró el gasto de los turistas en 9.600 millones de euros.

El turismo es uno de los principales sectores económicos de Barcelona y su región, responsable de más del 10% del PIB local en 2021 y del 5,4% del PIB total de Cataluña en 2022.

Posters reivindicativos durante el periodo de sequía en BarcelonaDaniel Harper

Como el sector es tan importante para la economía de la ciudad, se plantearon muchas preguntas en torno a la declaración de emergencia por sequía en febrero. Mientras que a los residentes individuales se les limitó a 200 litros de agua al día, enfrentándose a pagos adicionales por sobrepasar este límite, hubo menos restricciones para el sector turístico más allá del vaciado de piscinas, señales de advertencia y recomendaciones sobre el uso del agua.

"Somos conscientes de que se están llevando a cabo campañas de concienciación sobre el uso del agua en el sector hotelero con el objetivo de sensibilizar a los clientes", explica a 'Euronews Green' Elvira García, directora general de Barcelona Oberta, una unión de comercios y centros turísticos de Barcelona.

"En este sentido, hay pegatinas o información en los aseos públicos o se recomienda un tiempo de cuatro minutos para ducharse".

¿Qué lecciones se han aprendido de la sequía?

Aunque parece que lo peor ya ha pasado, la sequía ha ocupado gran parte de la vida de los residentes, e incluso se ha filtrado en la política, con los candidatos a las elecciones autonómicas catalanas de mayo abordando la cuestión de la seguridad del agua.

El director del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), Vicenç Acuña Salazar, conoce de primera mano las desigualdades que ha traído la escasez de agua, especialmente en el sector turístico.

"La sequía no ha terminado oficialmente, y veremos qué pasa, sobre todo el próximo otoño. Si el próximo otoño es tan seco como los tres últimos, entonces en invierno volveremos a estar en emergencia, y habrá escasez para casi todos los sectores, pero de momento, el verano está solucionado", explica a 'Euronews Green'.

Para Vicenç y muchos otros, la necesidad de informar a los turistas de la escasez de agua, así como de establecer una gran autonomía respecto a las lluvias, es un factor clave para que Barcelona sea menos susceptible a futuras sequías.

"Estamos empezando a reunir a un grupo de partes interesadas del sector turístico, a gente de la Asociación Española de Hoteles y, con suerte, al Ministerio de Medio Ambiente de España, para desarrollar e implantar un sistema de medición del uso del agua en las actividades turísticas".

"Para que cuando tengas que elegir qué hotel tienes que visitar puedas ver su eficiencia en el uso del agua, si han invertido en recuperar el agua de lluvia y luego reutilizarla en el hotel, y este tipo de prácticas".

¿Cómo se adapta Barcelona a la sequía?

En Barcelona hay que equilibrar los periodos de mayor afluencia turística durante el verano y el consumo de agua durante los peores meses de la sequía. Ha puesto de manifiesto lo susceptible que es la ciudad a la escasez de agua y por qué su industria turística necesita mejores estrategias de gestión del agua.

La Generalitat de Cataluña invertirá casi 2.500 millones de euros en la Agencia Catalana del Agua (ACA) para gestionar el suministro de agua y hacer frente a futuras sequías. El plan, que se extenderá desde este año hasta 2027, triplicará las inversiones anteriores, ampliando el número de plantas de producción de agua de 24 a 40 e impulsando la producción del río Besós de Barcelona.

Trabajador de la ciudad de BarcelonaDaniel Harper

En 2024, se instalará frente a la costa de Barcelona una desalinizadora flotante que producirá 14 hm³ de agua al año -el 6% del consumo del área metropolitana-, así como la construcción de 12 unidades móviles de desalinización desplegadas a lo largo de la Costa Brava norte, a partir de junio.

Estas unidades, cuyo coste asciende a 10 millones de euros, suministrarán 1.000 m³ de agua al día, con lo que cubrirán el 35% del consumo de agua de más de una docena de municipios.

Gracias a las recientes lluvias, Barcelona ha evitado por los pelos introducir grandes cambios en su sector turístico, ganando más tiempo para prepararse para la inevitable "próxima vez".

"El turismo de masas no forma parte de la estrategia de ciudad que queremos. Las empresas son conscientes de que el camino es la sostenibilidad", explica Elvira García a 'Euronews Green'.

El aumento de las olas de calor y la escasez de lluvias afectan a gran parte de España y de la región mediterránea, por lo que habrá que aplicar nuevos métodos para garantizar los beneficios a corto plazo del turismo en la economía de la región y la sostenibilidad del agua a largo plazo.

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