Tras su separación del coreógrafo Sam Asghari el verano pasado, la cantante Britney Spears ha viajado con frecuencia a Hawái para desconectar de las preocupaciones y sacar el máximo partido a su nueva vida de soltera. Esta semana, sin embargo, la princesa del pop decidió cambiar de aires y optó por hacer una breve escapada a México, país que también ha visitado en distintas ocasiones. Sin embargo, su aventura no ha estado exenta de contratiempos, como ha confesado ella misma a sus fans
Britney voló al país vecino en compañía de su hermano Bryan e hicieron escala en la capital mexicana. "Me perdí en el centro de México durante una hora esta mañana. Fue horrible", ha revelado a sus más de 42 millones de seguidores. "Pero al final encontré el camino y ahora estoy descansando... Hoy es un día muy bonito", ha añadido ya desde una lujosa e idílica villa con vistas al mar.
La artista es especialmente activa en las redes sociales desde que, en noviembre de 2021, recuperara el control sobre su vida y sus finanzas tras la tutela legal a la que se vio sometida durante 13 años. Britney ha querido justificar ahora lo frecuente de sus publicaciones y su deseo de mantener informados a sus fans de cualquier detalle de su ámbito más íntimo. Entiende la cantante que así demuestra lo mucho que trabaja.
"Trato de poner 30 publicaciones al mes... Solía hacer 12 al mes... Para que la gente entienda que trabajo mucho. Hubo un tiempo en el que estuve retenida contra mi voluntad. Y, sinceramente, no he sido la misma desde entonces", ha comentado sobre los traumas que arrastra de esa época. "Llegué a pensar que la gente consideraba que no trabajaba lo suficiente porque sólo compartía unas siete publicaciones al mes. Así que, desde entonces, ¡he estado trabajando más duro! ¡Pero ahora me doy cuenta de que no me pasaba nada!", insiste.
Buena parte de lo que comparte en Instagram no ha hecho otra cosa que preocupar a sus incondicionales. Su polémico baile con unos cuchillos, y demás comportamientos considerados erráticos, han revivido el debate sobre su estado mental y su capacidad para gestionar con total independencia los aspectos más sensibles de su vida.
Pero ella reivindica su derecho a mostrarse como una persona auténtica y, por tanto, imperfecta, a la que todavía le queda un largo camino que recorrer para sanar completamente sus heridas. "Trato de proyectar una imagen de mujer entera en Instagram, pero hay muchas personas que todavía no saben todo lo que me pasó a nivel físico. Y no estoy aquí para hacerme la víctima. Estoy aquí para expresarme, aunque haya escrito un libro sobre mis experiencias y el trauma que tengo, y que probablemente tendré siempre", asegura.
