La mitad de los asesores apunta que el inversor español tiene que asimilarse al europeo, según EFPA

La mitad de los asesores financieros, un 47%, considera que el inversor español debe aproximarse al perfil europeo para lograr una mejora en la distribución del ahorro, según un estudio elaborado por EFPA España (Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros, que cuenta con más de 35.000 asociados).

Pese a esa coyuntura y las "diferencias significativas" entre el inversor español y sus contrapartes europeos en términos de preferencias y tolerancia al riesgo, la asociación ha constatado que hay parte del camino recorrido, ya que para un 30% de los asesores consultados hay un "evidente cambio gradual" por parte del inversor español en dirección al perfil europeo gracias a una mayor diversificación.

Entrando al detalle del perfil inversor español, cuatro un 83% de los profesionales preguntado ha señalado que un aspecto característico es su aversión al riesgo y la búsqueda de estabilidad financiera.

En ese sentido, los españoles han mostrado una preferencia por inversiones seguras y estables, como: cuentas y depósitos bancarios, según el 43% de los profesionales, y bienes inmuebles, según el 37%; de lejos, le siguen los bonos de renta fija y los fondos de inversión, con un 9% cada uno.

EFPA atribuye esta actitud de cautela a la incertidumbre económica que ha marcado la historia de España, especialmente tras la crisis financiera de 2008, que para un 54% de los profesionales hizo que los ahorradores españoles se volvieran mucho más cuidadosos con sus inversiones que los europeos.

"Los españoles prefieren la seguridad a largo plazo en lugar de optar por mayores rendimientos a corto plazo", ha aseverado el informe para valorar que esa mentalidad encuentra su expresión en en la baja participación en el mercado de valores y en otros tipos de activos con mayor riesgo.

También hay una diferencia en el uso de plataformas telemáticas, más habituales para los europeos que para los españoles, si bien las generaciones más jóvenes sí que se acercan a esa tendencia regional.

De vuelta con las particularidades del inversor español a la hora de invertir, el estudio ha puesto el foco en la "cultura profundamente arraigada" de la propiedad de vivienda, la inversión en bienes inmuebles es vista por el 76% de los asesores financieros como una diferencia notable respecto a los inversores europeos, que optan por estrategias más diversificadas y menos enfocados en el ladrillo.

En cuanto a la influencia que afecta al inversor español a la hora de tomar sus decisiones, un 64% de los profesionales encuestados ha apuntado en dirección al entorno familiar y personal lo que, según ellos, explica la uniformidad en las carteras de inversión de los españoles, así como su preferencia por activos tradicionales y conservadores.

Por contraposición, un 65% de los encuestados ha valorado que el ahorrador español es con, carácter general, más desconfiado respecto a las recomendaciones que le ofrece un profesional que los europeos; eso sí, han apuntado que hay "progresivo crecimiento" de la confianza de los clientes españoles por este tipo de asesoramiento.

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