El Gobierno yemení acusa de rebeldía al antiguo gran partido opositor del país tras días de combates

Las autoridades yemeníes han acusado de rebeldía a las fuerzas del que fuera en su momento el gran partido de oposición del país, Al Islá, tras una semana de violentos enfrentamientos entre facciones en la provincia de Shabwa que ponen de manifiesto la constante tensión interna en el seno del Consejo Presidencial de Liderazgo (CPL) que se enfrenta contra la insurgencia huthi.

Todo comenzó el lunes cuando, según fuentes locales del Gobierno yemení a la corresponsalía de la agencia oficial de noticias china Xinhua, "líders militares afines a Al Islá" comenzaron a avanzar a Shabwa desde la vecina provincia de Marib antes de acusar al partido de "intentar asumir la autoridad de la provincia", rica en petróleo.

A pesar de intentos de negociar un cese de hostilidades, el partido, vinculado a Hermanos Musulmanes, la organización islámica más numerosa del mundo, acabó amenazando con abandonar el CPL tras conocer que las autoridades locales habían ordenado la destitución de uno de sus comandantes, lo que desencadenó graves enfrentamientos callejeros entre unidades de seguridad rivales en Ataq, la capital provincial.

Los críticos de Al Islá acusan a la formación de mantener una complicidad con la insurgencia huthi y de ser, en general, actores tóxicos contra la frágil unidad de las autoridades yemeníes en su lucha contra los huthis, una guerra caracterizada por la constante fricción entre el gobierno reconocido por la comunidad internacional y sus aliados separatistas del sur del país.

Esta tensión se extiende al plano internacional, principalmente Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, grandes representantes de la coalición internacional que auxilia a las autoridades yemeníes, y que a veces dividen lealtades entre los miembros que forman la alianza nacional yemení contra los insurgentes. Arabia Saudí extiende su cortesía a las fuerzas del Gobierno mientras Emiratos se muestra más favorable a los separatistas.

Así las cosas el miércoles, el gobernador de Shabwa, Awad al Awlaki, ordenó a las fuerzas paramilitares de las Brigadas de los Gigantes que llevaran a cabo una operación para reprimir a las fuerzas de Al Islá, en una intensificación de los enfrentamientos que ha acabado dejado hasta el momento 28 muertos y más de 60 heridos en la provincia.

Las autoridades yemeníes han ordenado desde entonces la destitución de varios líderes militares y de seguridad acusados de organizar una rebelión contra el Gobierno local de Shabwa, según la agencia de noticias estatal yemení Saba.

La situación en Ataq parece estar ahora controlada. La ciudad es ahora escenario de patrullas de fuerzas afines al llamado Consejo de Transición del Sur, la alianza política que representa a los separatistas aliados del Gobierno en la causa contra los huthis. Este sábado, la oficina del gobernador provincial ha condenado los ataques del partido "que parece haber adoptado", ha lamentado en un comunicado recogido por el portal South24, "la postura de rebelión en la gobernación".

Estos enfrentamientos emergen además en medio de un alto el fuego que ha supuesto un respiro a la población yemení, asfixiada en la peor crisis humanitaria del mundo. La misión de la UE en Yemen se declaró esta semana "muy preocupada por la reciente violencia en Shabwa y la pérdida de vidas", antes de acoger "con satisfacción los esfuerzos del presidente yemení Rashad al Alimi y el CPL que lidera para reducir la gravedad de la situación".

"Combates como estos", apunta por su parte el analista Abdulghani Al Iryani a la cadena Deutsche Welle, "podrían dificultar cualquier tipo de negociación que el CPL pudiera emprender con los huthis para un alto el fuego definitivo".

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