No han surgido nuevas variantes durante el reciente brote en China, según sugiere un estudio de casos en Pekín

El análisis del genoma de 413 nuevas infecciones por COVID-19 en Pekín durante el periodo de tiempo en que China levantó sus políticas más estrictas de control de la pandemia sugiere que todas fueron causadas por cepas ya existentes.

Más del 90% de las infecciones locales en Pekín entre el 14 de noviembre y el 20 de diciembre de 2022 correspondieron a las subvariantes ómicron BA.5.2 o BF.7. Los casos importados durante el mismo periodo afectaron en su mayoría a variantes distintas de las dominantes en Pekín.

Los autores afirman que los resultados pueden considerarse una instantánea del estado actual de la pandemia en China. No han aparecido nuevas variantes de COVID-19 en China durante el reciente aumento de las infecciones desde que el país puso fin a su política de cero COVID, según un análisis de los casos registrados en Pekín.

El estudio, publicado en 'The Lancet', sugiere que dos subvariantes ómicron existentes, BA.5.2 y BF.7 -entre las variantes más dominantes en Pekín durante 2022- fueron responsables de más del 90% de las infecciones locales entre el 14 de noviembre y el 20 de diciembre de 2022.

Los autores afirman que los resultados representan una instantánea de la pandemia en China, debido a las características de la población de Pekín y a la circulación allí de cepas COVID-19 altamente transmisibles.

Se ha informado ampliamente de que China habrá puesto fin a su estrategia de cero COVID el 7 de diciembre de 2022. Desde el levantamiento de estas estrictas políticas de control del COVID-19 -que incluían encierros selectivos, pruebas masivas y cuarentena-, el aumento del número de casos ha suscitado la preocupación de que puedan surgir nuevas variantes. En los tres años transcurridos desde que el COVID-19 se declaró pandemia mundial, la aparición de variantes como Alfa, Beta, Gamma, Delta y Omicron ha provocado múltiples oleadas de casos en todo el mundo.

Desde diciembre de 2019, los autores del estudio recogieron rutinariamente muestras respiratorias de casos importados y locales de COVID-19 en Pekín, y seleccionaron muestras al azar para su análisis. No se habían notificado transmisiones locales persistentes en Pekín antes de diciembre de 2022.

En este último estudio, los autores analizaron muestras de COVID-19 detectadas en Pekín en 2022. Las secuencias del genoma se generaron utilizando tecnología de secuenciación rápida a gran escala, y su historia evolutiva y dinámica de población se analizaron utilizando secuencias de COVID-19 existentes de alta calidad.

De un total de 2.881 secuencias de alta calidad incluidas en el estudio, se seleccionaron al azar 413 nuevas muestras y se secuenciaron entre el 14 de noviembre, cuando empezaron a aumentar bruscamente las infecciones, y el 20 de diciembre de 2022. De ellas, 350 eran casos locales y 63 importados. Los casos importados procedían de 63 países y regiones.

El análisis de las 413 nuevas secuencias reveló que todas ellas pertenecen a cepas COVID-19 existentes y conocidas. La cepa dominante en Pekín después del 14 de noviembre de 2022 fue la BF.7, responsable del 75,7% de las infecciones locales. Otra subvariante de ómicron, BA5.2, fue responsable del 16,3% de los casos locales.

Las poblaciones tanto de BA5.2 como de BF.7 en Pekín aumentaron después del 14 de noviembre de 2022. El tamaño efectivo de la población de BA.5.2 no cambió sustancialmente entre el 14 y el 25 de noviembre de 2022, pero aumentó bruscamente alrededor del 30 de noviembre de 2022. El aumento coincidió con un mayor número de infecciones por BA.5.2 en torno al 30 de noviembre de 2022. La población de BF.7 aumentó gradualmente a partir del 14 de noviembre de 2022.

El autor principal, el profesor George Gao, del Instituto de Microbiología de la Academia China de las Ciencias, apunta que, "dado el impacto que las variantes han tenido en el curso de la pandemia, era importante investigar si habían surgido otras nuevas tras los recientes cambios en las políticas de prevención y control del COVID-19 en China".

"Nuestro análisis sugiere que dos subvariantes conocidas de ómicron, más que ninguna variante nueva-, han sido las principales responsables del actual repunte en Pekín, y probablemente en China en su conjunto --señala--. Sin embargo, con la actual circulación a gran escala de COVID-19 en China, es importante que sigamos vigilando de cerca la situación para que cualquier nueva variante que pueda surgir se detecte lo antes posible".

Los autores reconocen algunas limitaciones de su estudio. Aunque sólo se analizaron los datos de Pekín en 2022, y no los de la China continental, los autores afirman que los datos son representativos del conjunto del país.

Indican que se necesitan más muestreos para estudiar la transmisibilidad y patogenicidad de las subvariantes de ómicron.

El profesor Wolfgang Preiser y el doctor Tongai Maponga, de la Universidad sudafricana de Stellenbosch, que no participaron en el estudio, reconoce en un comentario vinculado que "es ciertamente tranquilizador que este estudio no haya aportado pruebas de nuevas variantes, pero no es una sorpresa: el aumento se explica ampliamente por el cese abrupto de las medidas de control eficaces".

Sin embargo, instan a la cautela a la hora de sacar conclusiones sobre China en su conjunto basándose en los datos de Pekín, afirmando que "el perfil epidemiológico molecular del SRAS-CoV-2 en una región de un país vasto y densamente poblado no puede extrapolarse a todo el país. En otras regiones de China podrían desarrollarse otras dinámicas evolutivas, posiblemente incluyendo especies animales que podrían infectarse por seres humanos y "derramar" un virus más evolucionado", concluye.

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