En 2001, Steve Jobs dijo que era tan importante como el PC, y el inversor de capital riesgo John Doerr que podría ser más importante que Internet. ¿A qué tecnología revolucionaria se referían? Al Segway. Ya sabe, el dispositivo de transporte personal que fracasó en el mercado y se convirtió en sinónimo de los guardias de seguridad de los centros comerciales.
La algarabía actual en torno a la inteligencia artificial (IA) es incluso mayor que la altanera charla sobre el Segway hace más de veinte años. No me cabe duda de que, a largo plazo, la IA estará a la altura de las expectativas y revolucionará nuestras vidas y nuestro trabajo. Pero a corto plazo, corremos el riesgo de construir una tecnología asombrosa e inspiradora que pocos utilicen.
La velocidad de desarrollo y el potencial sin explotar en torno a la IA son asombrosos, pero eso no significa que la IA vaya a convertirse automáticamente en un elemento central de nuestras vidas y nuestro trabajo. Basta con echar un vistazo al Vision Pro de Apple como ejemplo de una tecnología brillante que el mundo aún está tratando de asimilar.
Si nos centramos únicamente en crear capacidades de IA cada vez mejores, corremos el riesgo de crear una tecnología asombrosa sin aplicaciones claras, aceptación pública o beneficios concretos para las empresas. En su lugar, debemos centrarnos en desarrollar una cultura de la innovación en torno a la IA que dé forma a la tecnología con la sociedad y las empresas como protagonistas. La innovación es lo que hará que las empresas tengan éxito en un futuro impulsado por la IA.
Sociedad y empresa en primer plano
La tecnología por sí sola no transforma nuestra forma de vivir y trabajar. Debe ir acompañada de innovación. La electricidad fue un gran avance tecnológico, pero fue esa tecnología unida a la innovación en forma de cosas como la bombilla, los electrodomésticos y los motores eléctricos para hacer funcionar las máquinas, lo que fue transformador.
¿Cuál es la diferencia entre un desarrollo tecnológico y una innovación? Ambos crean algo nuevo o reimaginan algo existente y la mayoría aportan valor o un impacto positivo. La verdadera diferencia es que las innovaciones también son deseables para los usuarios, factibles con la tecnología actual y viables en el mercado. En otras palabras, las innovaciones mantienen a la sociedad y al mercado en primer plano; tienen aplicaciones claras que mejoran la experiencia de los usuarios, haciendo que la gente quiera adoptar la tecnología.
Los desarrolladores de IA deben dar prioridad a la innovación, diseñando con la adopción y el uso en primer plano. Fundamentalmente, la IA tiene que crear una mejor experiencia para las personas o corremos el riesgo de crear desarrollos tecnológicos sin un uso o aceptación generalizados.
Cultura de innovación
Las empresas pueden fomentar absolutamente una cultura de la innovación en la que la nueva tecnología, incluida la IA, se construya centrándose en usos claros y valor real. En una empresa, podemos fomentar esta cultura de formas claras y concretas. En primer lugar, empiece por definir un objetivo final para toda la organización que sitúe la innovación en el centro. Esta puede ser la estrella polar de su personal mientras trabaja.
Una vez que haya definido una visión de la innovación, podrá crear los componentes básicos de la innovación en su empresa, centrados en la colaboración y la comunicación, la creatividad y la asunción de riesgos, y las acciones concretas.
Colaboración y comunicación
La innovación necesita comunicación y colaboración abiertas. Fomente un entorno en su empresa en el que las ideas puedan compartirse libremente y todo el mundo se sienta capacitado para contribuir sin miedo a ser juzgado o a la jerarquía. Promueva la colaboración interfuncional, diversa e inclusiva, ya que las perspectivas variadas suelen dar lugar a ideas rompedoras. Anime a los equipos a trabajar juntos, compartir conocimientos y aprender unos de otros.
Creatividad y asunción de riesgos
Cuando sus empleados trabajen juntos, proporcióneles también espacio para experimentar. Otorgue a los empleados autonomía y capacidad de decisión para explorar y poner en práctica sus ideas innovadoras. Fomente la asunción de riesgos calculados y aprenda tanto de los éxitos como de los fracasos. Celebre y recompense los esfuerzos innovadores, aunque no siempre conduzcan al éxito inmediato. Fomente una mentalidad de aprendizaje y ofrezca oportunidades de formación continua y desarrollo de habilidades.
Acciones concretas
Por último, respalde esta cultura del empleado con sus propias acciones. Proporcione a sus empleados las herramientas y el apoyo necesarios para hacer realidad sus ideas. Esto significa asignar recursos, incluidos tiempo, presupuesto y tecnología, para apoyar iniciativas innovadoras. Invierta en investigación y desarrollo, ofrezca programas de formación y cree espacios dedicados a la experimentación.
Demuestre su compromiso con la innovación participando activamente en el proceso. Anime a los líderes de todos los niveles a participar en el pensamiento innovador, a apropiarse de sus ideas y a apoyar las iniciativas de sus equipos. Si predica con el ejemplo mediante palabras y acciones, sus empleados le seguirán y prosperará una cultura de la innovación.
IA: asistente de innovación
Lo interesante de la IA es que puede ayudarle a sacar partido de la cultura de la innovación en su empresa. La IA puede analizar sistemas, procesos e incluso problemas, y sugerir áreas de mejora. Estas áreas de mejora pueden convertirse en el foco de los esfuerzos de innovación de su organización. Las innovaciones suelen comenzar cuando tenemos problemas claros que resolver.
La IA puede incluso sugerir soluciones y sus equipos pueden ayudar a crear las innovaciones que lleven a cabo esas soluciones. Por ejemplo, una empresa podría pedir a la IA que le ayude a identificar qué solución única reduciría más el tiempo de inactividad en su línea de producción. La IA podría identificar la disminución de fallos de componentes como la mayor área de mejora. A continuación, podría preguntar a la IA cómo podría crear mejor ese componente para que tuviera menos probabilidades de fallar. El resultado final sería una innovación -un componente reimaginado que mejorará la experiencia de producción- posible gracias a la cultura de la empresa y a la IA.
Una revolución de la inteligencia y la sociedad
Estamos viviendo las primeras fases de una revolución de la inteligencia en la que la inteligencia artificial pronto superará con creces a la humana en varios órdenes de magnitud. La revolución de la inteligencia va a cambiarlo todo en el futuro.
Pero la rapidez y el éxito con que la revolución de la inteligencia transforme nuestra forma de vivir y trabajar no se deberá simplemente a la potencia de la tecnología, sino a la innovación. Una gran tecnología no puede transformar la sociedad si no se utiliza. Las personas -consumidores, empleados y empresas incluidos- que utilizan la IA a diario serán el conducto de la revolución de la IA.
Para llevar la IA al siguiente nivel, necesitamos personas y empresas con visión de futuro que den prioridad a la innovación. Por ejemplo, con productos como Dall-E o Midjourney, podemos producir gráficamente lo que queramos. Pero si seguimos dando las mismas indicaciones confinadas a nuestras formas actuales de pensar, entonces solo obtendremos nuevas imágenes de cosas e ideas que ya existen. Si seguimos pidiéndole a la IA que dibuje un gato, se limitará a dibujar un gato.
Son las personas que aplican la tecnología de IA de forma innovadora -creando gráficos novedosos para nuevas aplicaciones o diseñando nuevos productos y servicios de IA que mejoren la experiencia- las que llevarán la IA al siguiente nivel.
Vivimos tiempos apasionantes. No todo el mundo puede vivir el nacimiento y la ejecución de una revolución de la envergadura de las revoluciones agrícola e industrial. Si nos centramos en la innovación, creo que la IA estará a la altura de las expectativas y transformará el trabajo y la sociedad de innumerables maneras.
